MENORES POR LIBRE

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Para los que quieren pensar y hablar sin alzar la voz pero desde dentro


NOSOTROS Y ENTRE VARIOS

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Este lugar está pensado para ser usado por los que nos ocupamos de ellos desde lo profesional; para plasmar nuestra experiencia, nuestras inquietudes y preocupaciones, para poner palabras a nuestro pensamiento, pedir y dar ayuda, intercambiar intereses e información... un lugar abierto a la participación con la mente abierta y respeto al trabajo de los otros.
Esta es su finalidad y su objetivo ser una red de "inquietos" y "curiosos"


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lunes, 21 de febrero de 2011

martes, 15 de febrero de 2011

KONRAD LORENZ 1

Hace ya muchos años, tantos ya que ni recuerdo la edad que tenía, vi en la antigua Tv española, UHF la llamábamos, un reportaje sobre Konrad Lorenz, su historia personal y sus investigaciones.

Era, por supuesto, en blanco y negro y su emisión coincidía en el tiempo con el programa de difusión ciéntifica del profesor Luis Miravitlles, es decir, los años 60; tal vez incluso, fue él quién quién programó ese reportaje.

La cuestión es que me dejó profundamente impresionada, tanto que mis vocaciones frustadas giran en torno al comportamiento animal y cuestiones afines.

Otro recuerdo más prematuro, en torno a mis 5 años, tiene el sabor del asombro y la admiración: mi abuela materna, otra animalera, salía a la compra diaria y le seguía, cada mañana, un ánade macho, "picoverde"; tenía que recorrer una cierta  distancia de camino rural que rodeaba  un cuartel militar;  el pato le acompañaba hasta los límites del inicio de la poblacíon, volvía sólo y hacía su vida de pato hasta que al cabo de un par de horas, abandonaba a sus congéneres, cogía camino y esperaba en el mismo punto en el que había dejado a mi abuela; le esperaba ; les veías regresar, mi abuela delante y "picoverde" detrás... Mis abuelos, tuvieron que dejar aquella población y trasladarse, de nuevo, a Zaragoza, "picoverde" no pudo acompañarles en ese trayecto.

Poco antes de que "picoverde" viese la luz , mamá pata murió y mi abuela se ocupó de su nidada. Recuerdo mi sorpresa cuando la "yaya" me mostró, entre otros, un huevo algo rajado que se movía, un bultito que empujaba, la  mano de ella que separó la cáscara,  y, más tarde,  un rebullito mojado y pegajoso  que ella tomo con amorosa delicadeza... Cuando ví a Lorenz en la tv, supe que mi abuela fue, para "picoverde", su madre.

viernes, 9 de julio de 2010

La historia, mi historia…  la del otro.

Desde hace bastantes años, dos asuntos acuden, recurrentemente, a mi concepción de la actuación profesional, a saber:

-         La historia personal.
-         El “ojo clínico” .

Hoy me urge la primera. En más de tres ocasiones he querido, en el ámbito de la formación, tratar el asunto.

Sabido es que el/la terapeuta debe conocerse antes de intentar discernir a los demás, pero en el cotidiano de cada día, difícilmente analizamos el porqué de nuestra posición ante un caso, tanto da que lo hagamos desde el   trabajo social, de la psicología, la pedagogía, la educación social…

Recuerdo como una muy querida antigua compañera, fallecida trágicamente, reconocía su incapacidad para tomar decisiones que comprometiesen el orden de la maternidad biológica; decía que aunque racional y técnicamente, la separación familiar fuese la mejor o única alternativa para el bienestar infantil, no podía evitar identificarse con la madre privada del hijo y que ello le causaba, además de un gran sufrimiento, una inacción decisoria contravenida con el mandato institucional y con el interés del más vulnerable.
Este reconocimiento no es habitual entre las/ los compañeras/os; todos, en la vida, tomamos partido en función de nuestra historia; lo vivido o no vivido influyen o acechan para  influir en nuestra objetividad a la más mínima oportunidad.

En una  reciente conversación, con una joven y muy capaz compañera, le proponía una reflexión sobre el A.S.I.; le decía que, teniendo en cuenta la incidencia porcentual de situaciones de intento de abuso o abuso  infantil consumado en nuestro país, algunos de nosotros, los compañeros, tenemos que haberlo sufrido… entonces… hay que plantearse, en ese caso,  ¿cómo actuamos ante sospechas de abuso por diagnosticar?, ¿cómo percibimos a la madre, el padre, el hermano? ¿Y  a la/las víctima/s?.

La manipulación emocional no me es ajena, diría que la huelo, esto podría  permitirme plantear un buen plan de caso o por el contrario, mi resentimiento, puede mediatizar mi cometido…

Analicemos  el instinto maternal/paternal:
Necesidad de conservar la especie, necesidad de perpetuarnos como individuos, necesidad de extendernos en el hijo, necesidad de completarnos, necesidad de compartir, necesidad de tener, necesidad de dar,  necesidad de agradar, necesidad de vivir la vida de otro, necesidad de reparar, necesidad de hacer pagar, necesidad de equidad, necesidad de asir la vida o de asir a otro, necesidad de interpretar, necesidad de agradar, necesidad de representar, necesidad de ser igual, necesidad de ser distinto…
¿Qué es?, ¿qué creo yo que es?, ¿qué siento que es?, ¿qué digo que es?, ¿qué creo que debo decir que es?, qué hubiese querido que fuese?, ¿qué quiero que sea?,
No es moco de pavo para empezar.

miércoles, 21 de abril de 2010


DICE.....
Leopoldo Abadía
(autor de "La crisis Ninja")

Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados".

Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación. En muchas conferencias, se levanta una señora (esto es pregunta de señoras) y dice esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?"

Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?".

Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más
convencido: "¡y a mí, ¿qué me importa?!" Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.

Yo era hijo único. Ahora, cuando me reúno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.

Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hayotros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron ara que fuera feliz. Y me exigieron mucho.

Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española.
2. La segunda guerra mundial.
3. Las dos bombas atómicas.
4. Corea.
5. Vietnam.
6. Los Balcanes.
7. Afganistán.
8. Irak.
9. Internet.
10. La globalización.

Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin
pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. ¿Vosotros creéis que mis adres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían maginar!

Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar arme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.

Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar n lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no ervirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.
A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha
escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de irada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales.Lo que or ahí se llama "buena gente"
Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Y harán negocios sanos.

Y, si son capitalistas, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano. (Si son mala gente, demostrarán con sus hechos que el capitalismoes sano, pero que ellos son unos sinvergüenzas.)

Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena
formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos. En estos
puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.


Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos ella me dijo que le preocupaba mucho más qué hijos íbamos a dejar a este mundo.
A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a
darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de
pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si
salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también,
no arreglaremos las cosas.
Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación,
quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo laasignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o
quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.

Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho
trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre
llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele
basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de
los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a
ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.

P.S.
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y acontarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.




lunes, 8 de marzo de 2010

ALIENANTE.1. adj. Que produce alienación psíquica o transformación de la conciencia.
(RAE DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición)

Tengo una amiga a quién las tormentas, especialmente las secas, sin lluvia, le provocan un extremado estado de ansiedad. En una ocasión le pregunté el motivo, pensé que había tenido alguna desagradable experiencia que le había dejado huella, su respuesta fue escueta "son peligrosas"; no me quedé satisfecha e insistí hastá que llegamos al orígen de su temor: su abuela, hija de pastor, presenció siendo niña,como en  una calurosa tarde de verano un rayo, acompañado de un fuerte trueno acabó con varios corderos y ovejas de su padre, dejando un desagradable olor a carne quemada.

¿ Por qué urbanitas, hijos de urbanitas y tal vez nietos de urbanitas, que el mayor tiempo que han estado relacionados con el campo, con el mundo rural, ha sido a través de la tv sienten asco y temor ante la mención de sustantivos como "culebra" o "serpiente" y atribuyen a estos reptiles los calificativos de "fríos" o "viscosos"?

En cada familia hay, sino una "oveja negra" algún alguien a quien se le reconoce en ... "no de los nuestros", " de la familia de tu padre/madre". "salió a fulano o a fulana", y ... vaya usted a saber quién fue "la tía Zutanita" o "el primo de tu abuelo", es posible que no le hayamos conocido ni en foto, pero claro, su historia se gestó ni se sabe cuándo ni se sabe por qué, no estábamos para dar fé  y nos quedamos con lo que nos contaron y cuentan que para eso son fuentes fiables.

Pongamos, ahora, un padre, una madre, unos hijos... todo normal:  buena gente, se llevan bien, correctos con los vecinos, trabajadores, ambiente familiar normal...
                        comentarios hogareños compartidos :
-"¡Ya está tu madre siempre igual¡¡Mira que es pesetera¡ No te preocupes, hijo, ya me encargaré yo de que vayas al viaje"
- "¡No te he dicho que tienes que tener más carácter! ¡que eres un blandengue¡ No me estraña que tu hijo venga marcado del cole"
- "Anda, ve a ver a tu tío, que ya se que es un plasta pero, seguro que te dará propina"

A ver si adivino que puede pasar si hay que ganar corazones o llenar bolsillos...

lunes, 15 de febrero de 2010

Veamos, cómo hacer llegar este espacio a los colegas, compañeros y amigos de las distintas profesiones que convergemos en el mundo de la infancia de este primer mundo pero que no goza de ...

lunes, 8 de febrero de 2010

HOY,  04/02/2010

En este momento no me encuentro eufórica, más bien lo contrario. Tengo que decidir que parte  de mis tareas cotidianas, del trabajo que hasta ahora he realizado, se quedará sin hacer durante un periodo de tiempo indefinido.

La crisis ha llegado a  Menores; no somos un servicio básico como sanidad o educación y debemos atender lo que nos importa y hace que cobremos nuestra nómina mensual, los niños y jóvenes que, por su estrella, entran en nuestro Sistema de Protección.

Me cuesta tanto como decidir algo que debiera dejar de dar a uno de mis hijos y a los amigos de mis hijos: mis hijos son, aquí, mi trabajo y los amigos de mis hijos son mis compañeros, mis colaboradores informales, mis amigos de otras instituciones, de otros servicios, de otros lugares geográficos.

Estoy dividida; por una parte siento el vacío de lo inconcluso, por otra no soy la única afectada, hay más, no muchos, de entre los cuales alguien, magnífica profesional y persona a quien estimo mucho , sin oportunidad de elección, está más intima y agobiadamente afectada lo que me hace pensar que tengo suerte, que, en parte, tengo la oportunidad de elegir.