MENORES POR LIBRE

mmmmm

Para los que quieren pensar y hablar sin alzar la voz pero desde dentro


NOSOTROS Y ENTRE VARIOS

__________________________________________________


Este lugar está pensado para ser usado por los que nos ocupamos de ellos desde lo profesional; para plasmar nuestra experiencia, nuestras inquietudes y preocupaciones, para poner palabras a nuestro pensamiento, pedir y dar ayuda, intercambiar intereses e información... un lugar abierto a la participación con la mente abierta y respeto al trabajo de los otros.
Esta es su finalidad y su objetivo ser una red de "inquietos" y "curiosos"


________________________________________________

lunes, 8 de febrero de 2010

HOY,  04/02/2010

En este momento no me encuentro eufórica, más bien lo contrario. Tengo que decidir que parte  de mis tareas cotidianas, del trabajo que hasta ahora he realizado, se quedará sin hacer durante un periodo de tiempo indefinido.

La crisis ha llegado a  Menores; no somos un servicio básico como sanidad o educación y debemos atender lo que nos importa y hace que cobremos nuestra nómina mensual, los niños y jóvenes que, por su estrella, entran en nuestro Sistema de Protección.

Me cuesta tanto como decidir algo que debiera dejar de dar a uno de mis hijos y a los amigos de mis hijos: mis hijos son, aquí, mi trabajo y los amigos de mis hijos son mis compañeros, mis colaboradores informales, mis amigos de otras instituciones, de otros servicios, de otros lugares geográficos.

Estoy dividida; por una parte siento el vacío de lo inconcluso, por otra no soy la única afectada, hay más, no muchos, de entre los cuales alguien, magnífica profesional y persona a quien estimo mucho , sin oportunidad de elección, está más intima y agobiadamente afectada lo que me hace pensar que tengo suerte, que, en parte, tengo la oportunidad de elegir.


TENGO GANAS DE DECIR QUE (I):

Tras nosecuantos años en esto, viéndolo desde distintos lugares, creo que estoy en disposición de plasmar en palabras lo que mi recorrido me dicta.
Cuántos años perdidos intuyendo lo que después aprendí, elaborando las teorías que después leí y oí.
El marco teórico universitario, el caso práctico de cursillo, las conversaciones del café, la crítica a esos “otros” ¿qué otros?…
Hasta que los ojos no estén hartos de ver, los oídos de oír, los pies de caminar, la mente de funcionar, no se llega atisbar que no se llega a todo, que hay daño ya hecho, irreparable, y que continuará guiando el futuro de los que nazcan.
Si algo me ha preocupado en todos esos nosecuantos ha sido el tiempo, la falta de o el exceso de.
Desde nuestro mundo de trabajo y vocación el tiempo es fundamental, es todo:
Tiempo para generar conexiones neuronales, para recibir estímulos y segregar hormonas, asimilar proteínas y movilizar encimas, para establecer relaciones -somos seres relacionales que interactúan con el medio, el que a cada cual le ha tocado ¿en qué sorteo?- desde lo más básico del término, para aprender de los afectos y desafectos, para vincularse -sea como sea, con quién sea, a costa de lo que sea y por encima de quien sea-
Tiempo para valorar, diagnosticar, intervenir, incluir, modificar y decidir, sobre todo decidir y decidir por otros para acertar -es lo que queremos o al menos eso decimos- Y aquí, ya, el tiempo juega en contra, porque mientras hacemos todas esas, nuestras tareas, algún MENOR está construyendo lo del párrafo anterior y necesita, imperiosamente, hacerlo bien por él y por los que vendrán después de él –las secuelas de lo mal realizado no siempre aparecen de inmediato- sus hijos, los hijos de sus hijos…pero, es evidente, y por lo de ser relacionales, depende de otros y no de su disposición, no puede ni debe esperar.
Si tuviésemos el tiempo necesario, si nuestro tempo fuese su tempo…